lunes, 17 de agosto de 2015

Estoy hasta la madre de 50 sombras de Gray

Sí, estoy hasta la madre de los comentarios sobre 50 sombras de Gray, pero no por el libro ni la película, estoy hasta la madre del interés que le ponen al asunto. Me vale si los comentarios son buenos o malos, lo increíble es la atención que le pone la gente a algo tan banal. ¿Por qué no muestran el mismo interés respecto a todo lo que acontece en nuestro mundo: los genocidios, el poco interés por el planeta, la pobreza, las reformas, el enriquecimiento de todos los políticos, la corrupción, el abuso de autoridad, etc., etc.? De eso sí nadie quiere hablar, a nadie le interesa, nadie se rasga las vestiduras.

Ahora, ¿Quieren hablar de 50 sombras de Gray? Hablemos. Estoy hasta la madre de la hipocresía de la sociedad.

Antes de comenzar, aclaro: leí la trilogía, la película no me interesa verla.

El principal comentario ha sido: es el viejo cliché. Sí, efectivamente, es el viejo cliché, pero, ¿Se han puesto a analizar que el viejo cliché está presente en nuestro día a día? Sin ir muy lejos: ¡Las películas de Disney! Todas y cada una están saturadas de la mujercita abnegada, buena (por no decir pendeja), inexperta en materia de amor, en espera de su príncipe azul que la salve de las desgracias y la haga feliz. Obviamente el príncipe es apuesto, todas quieren con él y su fin es casarse con la princesa para ser felices por siempre. Y si hablamos de libros, lean la biblia, en ella está más que claro que la mujer tiene que ser buena, pura y casta para que sea respetable ante los ojos de Dios y de la sociedad, hecha de la costilla del hombre para hacerle compañía. O los reto a que vean cualquier publicidad donde la mujer es vista como un objeto para placer y satisfacción del hombre. Ahora pasemos a las relaciones interpersonales, conozco a muchas, muchísimas mujeres que viven esperando al hombre que sea tierno, cariñoso, atento, buen amante y que las mantenga; así como conozco a muchos que tratan a esas mismas mujeres como trofeos, como una posesión. Dicen por ahí que, según la oferta es la demanda, ¿No? Ahora, yo pregunto a todos los que son padres: ¿Alguna vez, después de ver una película de Disney, hablaron con sus hij@s sobre lo estúpida que es la princesa y el lamentable machismo del príncipe? ¿Alguna vez, cuando pasó algún anuncio de juguetes, se indignaron por lo sexistas que son?

Por ahí me he encontrado comentarios de que ese tipo de libros crean una imagen errónea de lo que es el amor. Para empezar, estamos hablando de que son libros hechos para jóvenes y adultos, no para niños. Hay una frase por ahí que dice: "Si educas al niño, no tendrás que castigar al hombre". Si los chic@s creen que es la forma de tratar a su pareja o ser tratados por su pareja, no es responsabilidad de un libro, es responsabilidad de los padres. Conozco a infinidad de padres que no hablan con sus hijos desde pequeños, no sólo en cuestión de que su cuerpo es suyo y nadie lo puede tocar, sino también de hablar sobre que lo conozcan, que se sientan a gusto con él, que pueden y deben explorarlo desde la punta del cabello hasta la punta del pie; que le pongan nombre a las cosas: pene, vulva, vagina, testículos, masturbación, orgasmo, etc.; que un hombre no es hombre por el simple hecho de cómo y dónde ponga el pene, ni el éxito de su sexualidad depende del tamaño y que la mujer no es valiosa si y sólo si se ha mantenido virgen hasta el matrimonio. Y eso, señoras y señores, se hace desde la infancia, no cuando ya los chicos están en la edad de la punzada. He ahí el porqué muchos chicos confunden el amor con el sexo, porque no les hablaron del sexo con amor; y he ahí el porqué, con tantas herramientas para evitar un contagio de transmisión sexual y embarazos no deseados, siguen habiendo infinidad de casos.

Por ahí también leí que el libro está al mismo nivel que los de Carlos Cuauhtemoc Sánchez. Sí, al de él, al de cañitas y al de cualquier otro libro que te puedas encontrar del tema que quieras. Todos los libros, sin excepción (incluida la biblia), son la cosmovisión del escritor con respecto a su entorno. Cada quien toma de un libro, así como de la vida, lo que mejor le convenga, lo que quiera entender y lo que quiera desechar si lo lees con ojo crítico y no lo asumes como la verdad absoluta. Y todos, así como todo lo que tiene que ver con el arte, la arquitectura y todo lo que está en nuestro entorno, es un mínimo reflejo de nuestra sociedad.

Otros más se atrevieron a comentar que es una soft porn hecha para mujeres casadas. ¿Neta? ¿A estas alturas de la vida siguen creyendo que las mujeres casadas no disfrutamos el sexo o que el hecho de decidir estar con una sola persona nos vuelve esclavas del misionero y sexualmente frustradas y que sólo las solteras viven una sexualidad plena? Perdón, pero todos los que opinan lo mismo, estoy segura que han visto una película porno, y no una sola vez, por tanto, ¿Eso los hace machos sexualmente reprimidos o mental y físicamente impotentes? Si lo analizan objetivamente, las películas porno están hechas bajo el viejo esquema del dominio del macho y la mujer como un objeto. Entonces, ¿Somos o nos hacemos?

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